sábado, 17 de enero de 2009

Latitud: 29º 57' 15" N. Longitud: 090º 04' 30" O

Mis últimos tres eneros no han sido exactamente un ejemplo de como empezar un año, sobre todo por ahí del día 7: en el 2007 fue domingo, me presenté en el aeropuerto con un boleto de descuento, no había lugar para mí, pero tenía que tomar ese avión, convencí al piloto y me fuí en la cabina, 3 y 1/2 horas de vuelo prohibido (si alguien sabía que yo iba ahí corría peligro el trabajo de los pilotos) por fin llegué a mi destino solo iba unas cuantas horas, en esa época no era tan común el ipod, así que llevaba en mi bolsa un cd player, un disco de anathema, mi celular nuevo (sin casi números de teléfono), las llaves de mi casa, una libreta y mi cartera. Llegué a mi destino, un desierto inhóspito, de inmediato tomé un taxi, iba al cementerio que estaba a 5 km del aeropuerto, en medio de la nada... la locura, la irrealidad, el duelo, la tristeza, la impotencia, la patología.





En el 2008 otra vez domingo 6: lloraba desconsolada porque el huracán que se había gestado 8 meses atrás, había tenido una falsa calma, tenía unos meses el ojo ahí detenido, y esa "tranquilidad" aislamiento y silencio habían dado cierto alivio... en realidad seguía ahí rodeandome, esperando, esperando... los primeros días de enero decidió seguir su curso, irse por fin de ahí aquella tormenta, pero al moverse un poco para tomar su camino, dió el coletazo fuerte de la otra parte de ella que no había pasado todavía, el resto del huracán... tenía que buscar casa, otra vez en medio de la nada, la locura, la irrealidad, el duelo, la tristeza, la impotencia y un poco menos de patología.






En el 2009, fue unos días antes, domingo 4. Otra vez la incertidumbre, el desorden, otra vez mis libros, mis discos, mis películas, mis fotografías, en cajas, otras vez empacando todo lo que soy, sin un lugar, regado por todos lados. Una puerta al final del pasillo obscuro, la puerta estaba entreabierta y yo miedosa, sin saber si caminar hacia allá, que angustia y que tranquilidad a la vez... pero no podía durar así, un día después, cuando estaba justo a unos metros de por fin llegar a la puerta y entrar... pum! se cierra, así no más. Otra vez en medio de la nada, la obscuridad, la incertidumbre, la impotencia y la patología.




Esa misma semana de este reciente enero, entre catarro, cólico, insomnio y un cansancio indescriptible, sigue todo igual... trabajo, clases, hospital, y la misma puerta esta vez, de nuevo entreabierta. De pronto, una llamada inesperada, en menos de 2 semanas viajaré (así sin planearlo)todo pagado, fruto de mis esfuerzos en el trabajo.

Dentro de unos días estaré en una ciudad, que esta reconstruida, porque fue davastada por un huracán...




.."La ciudad más grande del estado de Luisiana, en los Estados Unidos. Es también el principal puerto del río Misisipí. En el año 2000, su población era de 484.674 habitantes. Tras ser parcialmente destruida por el huracán Katrina en 2005, la población disminuyó considerablemente por evacuación o defunción y en 2006 la población era aproximadamente la mitad, entre 192.000 y 230.000 habitantes. Nueva Orleáns es una ciudad multicultural del sur de los Estados Unidos (con especial influencia africana, latina, española, francesa), muy conocida por sus festivales, su música y su cocina. Eventos como el Mardi Gras, Jazz Fest y el Tazón del Azúcar (Sugar Bowl) mantienen a la ciudad como un destino turístico constante.Ahí nacieron el gran trompetista Louis Armstrong, los hermanos Marsalis y Harry Connick, Jr..."


Así, así de contrastante son, de pronto mis eneros.... no se el año que entra donde estaré, pero haré lo posible, por estar en un lugar muy distinto.

1 comentario:

RЄĐ dijo...

Quiza tus eneros pasados te han regalado lo que en años próximos se convirtiesen en historias o capitulos donde expandiste tu rango de vision para observar la vida.
:)