lunes, 26 de abril de 2010

¿Qué será?

Ultimamente me he encontrado con gente con la que tengo mucho en común, la misma edad, el mismo amor por el lugar donde alguna vez estudiamos (Barcelona), el mismo nombre, u otras con incluso el mismo cumpleaños y del mismo año.

Es raro porque de pronto soy muy social y platicadora, pero en general, bastante Ermitaña.

Tuve una plática el domingo llena de verdades y lágrimas, que me sirvió para sentir que no se que hacer con sentimientos que al menos ahora puedo reconocer, pero que todavía no aprendo como manejarlos, antes como no me permitía sentirlos y entonces los transformaba en otros, como por ejemplo, en depresión.

Se que tengo mucho que aprender, sobre todo de mis errores. Es un proceso, lo sé, pero ah que trabajo cuesta y que poco trabajo cuesta hacerse guey!.

jueves, 22 de abril de 2010

Pedazos

Hacemos cosas, hablamos, nos reímos, nos desesperamos con el tráfico, tarareamos canciones llenas de palabras sin sentido. Luego están ellos... que después de hacer lo que hacen, duermen como angelitos, con un par de zapatos nuevos al lado de la cama y al otro día se meten a bañar, se perfuman, se maquillan, se disfrazan de sonrisas y cumplidos y así, poco a poco se parecen más a lo que no son.

Pero en algún momento a todos nos espera la caida al suelo como un castillo de naipes. Narrar incansables veces lo que hicimos, lo que fuimos (si se acompaña de un album con fotos mejor) es apenas una manera de rellenar los huecos inevitables. Solo es evidenciar que estamos presos, atrapados, manipulados por lo que los demás nos dictan que seamos, en la tele, en el trabajo, en una cena, frente a los tios, en la escuela. Llenos de decretos implicitos que nos recuerdan que si no actuamos de alguna manera, el apocalipsis nos espera. Entonces, nos enfermamos, nos convertimos en zombies ejecutores. Y solo de vez en cuando, nos damos chance de disfrutar aunque sea por sólo unos minutos (o segundos) una carcajada, un beso, una imagen linda, un sabor rico, un abrazo, estirar los deditos de los pies y decir...aaah!.

Inmersos en nuestro propio mundo, nos topamos con señoras, con ladrones, con ingenieros, con enfermos, con artistas plásticas, con egoistas, con médicos, con abogados, con periodistas, con sádicos, con nostálgicos, con periodistas, con depresivos, con fresas, con manipuladores, con diseñadores, con el principe azul, con locutores, con envidiosos, con obsesivos, con muertos, con los pederastas, con empresarios, con las histericas, con vivos, pero sobre todo... con fotos y letras que vemos a través de una computadora.

A mi me pasa que las hojas del calendario se desprenden y me detengo a buscar dentro de la bolsa, donde dejé una pluma y me topo con un brillo de labios que tiene un olor a chocolate, que me recuerda a la señora que me lo regaló y que me preguntó si a mi y a mi novio nos gustaba el chocolate -porque era un brillo de labios para besos muy especiales- y entonces pienso que si el brillo de labios estuviera donde la pluma, que está sobre el escritorio donde está un libro que trata de la biografía de un personaje histórico, el cual me encantaría leer desde hace unos meses, pero que no he podido, porque no tengo reloj y recuerdo que me encantaría tener uno que pudiera detener, retrasar y adelantar a conveniencia. Y es en este punto donde olvido que estaba buscando la pluma y me entra una nostalgia terrible y corro a mirarme al espejo y lo que veo ahí son unos ojos que no reconozco.

jueves, 15 de abril de 2010

miércoles, 14 de abril de 2010

El momento no exacto...

Ví como venía un coche a toda velocidad y no freno. Lo único que recuerdo a continuación fueron ruidos de enfrenones, un gran golpe, el estallido de un vidrio y solo gritaba. Cuando logramos salir del coche yo y JM, traté de buscar el celular para llamar a unos amigos que se encontraban cerca. Escuché como algunas personas gritaron: se vaaaa! corran!. Sentía que me salía mucha sangre y no sabía de donde. Me quité la camisa y la enrollé en mi cabeza. Tratamos de ver al chofer, estaba inconciente y prensado. No se cuanto tiempo pasó pero cuando menos cuenta me dí, me estaban subiendo en una ambulancia, me pusieron un collarín y lo último que recuerdo fue que empecé a temblar incontrolablemente.

Afortunadamente no pasó a mayores, heridas del vidrio roto con mi cabeza, del chofer no supe nada más. Llegué a mi casa a las 8 am.

Esto fue lo que sucedió el sábado a mi primo, saliendo de mi lugar favorito en esta ciudad, ubicado en el centro. El y su acompañante responsablemente, se fueron en taxi y a las 2 am, pidieron taxi de sitio para regresar a sus respectivas casas. El punto es que yo debía estar ahí con ellos, me salvó una experiencia familiar llamada boda que no fue en la Ciudad y la llamada de mi papá pidiendome que fuera. Esta de la chingada, lo sé, pero la neta... hubiera preferido ir a la Perla.

lunes, 5 de abril de 2010

Decisiones extremas

Hace 3 semanas vi la película "Decisiones Extremas” está inspirada en una historia verdadera: John Crowley, un hombre que nada sabía de ciencia, pero que tenía dos hijos que padecen de una enfermedad congénita que acabará por matarlos antes de los 9 años. Este hombre busca en literatura científica y da con las teorías del Dr. Stonehill, investigador de una universidad que estudia la creación de una enzima que puede salvar a los enfermos de esta terrible enfermedad. John va a suplicarle al científico loco (como esos con los que convivo todos los días) que lo ayude, el Dr. contesta que uno: no tiene dinero para financiar sus estudios y dos: es un investigador básico, es decir, de laboratorio que sólo ven microscopios, células, reacciones químicas, no pacientes (esos son los investigadores clínicos).

Se imaginarán el resto, John y su esposa hacen de todo para conseguir financiamiento para la investigación, montan un laboratorio muy precario, venden la idea a una poderosa farmacéutica... meses después tienen todo un corporativo llevando a cabo 4 diferentes investigaciones para producir la enzima. Mientras tanto, el científico ve, que los enfermos no son células aisladas, que tienen nombre, que se rien, que toman decisiones, que tienen amigos y familiares que los aman, etc.

De chiquita siempre me imaginé con una bata blanca, viendo por el microscopio y rodeada de tubos de ensaye y substancias de colores, después me di cuenta que las células y los matraces no hablan. Decidí entonces hacerme clínica. No médico, no señor... tener la responsabilidad de una vida en mis manos me aterraba.

Después de trabajar en clínica, sobre todo en cáncer, me di cuenta que con lo que contribuyo no es suficiente, me di cuenta que la forma de atraer inversiones y marcar diferencias era a través de la investigación. La historia tan larga se resume así: por eso estudié un posgrado, una maestría y por eso hace más de un año estoy trabajando en mi proyecto de doctorado, en el cual, logré obtener 2 millones de pesos en medicamentos para los pacientes de cáncer que tienen una desnutrición impresionante. ¿Qué intento demostrar?, que los que tengan mejor estado nutricio tendrán menos toxicidad por el tratamiento, mejor calidad de vida y mayor supervivencia. En realidad estoy midiendo más de 300 variables, que no tiene caso explicar, los meses de trabajo, las más de 10 personas involucradas que han dejado horas de su vida en este proyecto, losdomingos que me he pasado en el hospital, eso no importa, lo único que les interesa ver el día de hoy a los directivos, se resumen en 4 tablas de análisis estadísticos. Hoy tengo que exponerlos.


Lo que nadie se imagina es lo que hay detrás de ello, la confianza que deposité en darle trabajo a una persona que yo quería, esa no es la historia, lo importante aquí es, que esta persona sólo estaba interesada en ella misma, tenía un horario muy cómodo, pero aún así lo que le preocupaba era ir a hacer casting para no se que cosas, irse de viaje más de 3 semanas y dejar todo botado, sin avisar, y lo peor de todo... no registrar correctamente las variables que en tres tiempos medíamos a cada paciente.

Tengo tres meses tratando de llenar los vacíos en la base de datos. Hay cosas irreversibles, aunque pudieramos medir en el presente a los pacientes (muchos ya fallecieron) no serviría de nada, pues las condiciones de este momento no tienen nada que ver a las de hace meses, por lo tanto, no sirve.

Al intentar explicar la importancia de la irresponsabilidad tan grande, y pedir que repitiera los expedientes y tratara de corregir lo más que se pudiera, lo que vino después fue peor. Personas qeu yo quería (y una que amaba) decidieron creer que ella no hizo nada malo, quiero creer que ella no tiene ni idea de lo que hizo, nunca vió la importancia, las consecuencias y no para mí, si no para los enfermos de cáncer. En las noches todavía despierto angustiada, sueño o recuerdo las palabras que fueron dichas de mi, pero sobre todo, las palabras que eran suyas dichas a través de los gritos de la persona que amaba, diciendo argumentos que él no conocía, juzgando a uno de los investigadores como "distraido" y que yo lo había desilucionado, que era mi culpa, pues era mi doctorado.

El dolor de perder mi hogar, de escuchar estos gritos que resuenan en mi cabeza, el que muchas personas crean que yo fui la que actue mal, mi dignidad como persona y como investigadora no es lo que me duele más. Lo que hoy no tolero y me hace sentir asco por mi misma es que se, que esa base de datos tiene muchos sesgos, que el análisis por lo tanto no es del todo confiable, que hoy tendré que defender algo que se que no es del todo verdad. Que no me queda de otra, porque... ¿qué hago yo con la sonrisa y el agradecimiento de la gente al darles esos medicamentos que ellos jamás hubieran podido comprar?, ¿qué hago yo con saber que cientos de pacientes fueron beneficiados con ello?, ¿cómo le explico a la industria que invirtió eso en mi proyecto? las cosas son así de simples:

Investigación = única manera de tener recursos.
Investigación = resultados confiables
Resultados = publicar y decir en revistas científicas que una intervención es mejor que otra.

por lo tanto, sin resultados, no hay recursos, sin recursos, no hay medicamento para la gente.

y los resultados... ¿son confiables? ¿y mi ética como persona y como investigadora?....

De que me sirve tener un doctorado si no se y nunca sabré si lo que llevo haciendo el último año de mi vida sea verdad.

No se si tratar de salvar este proyecto es lo que me ha salvado a mi, porque de otra forma, no se como hubiese seguido, soy un zombie que llora de desesperación y de impotencia un domingo en una sala de juntas vacía de un hospital, ya no puedo más.

Hoy es el primer día... de muchos, me cago de miedo y me cago de empute, me tiemblan las piernas, se me corta la voz, y aún así... tengo que exponer.

viernes, 2 de abril de 2010

catarina

Tengo la teoría (corríjanme si estoy equivocada) de que las catarinas son una especie de insecto que solo se deja ver por los niños, como las hadas que solamente se pueden ver en noche de San Juan. díganme lectores, ¿cuándo fue la última vez que vieron una catarina?

Algunos de los vagos recuerdos que tengo de mi infancia es una escena muy peculiar... regresaba del kinder y estaba en casa de mi tía abuela (quien me cuidaba por las tardes en lo que llegaba mi madre de trabajar). Estaba en una habitación que daba al patio trasero de la casa y olía a una especie de limpiador de pisos, yo estaba parada junto a la ventana y el sol entraba por las cortinas transparentes, en la mano tenía una cajita de piedrulces (los que nacimos en los ochentas recordamos bien esos dulces) y en la otra una catarina.

En realidad, es el único insecto que me he atrevido a agarrar en mi vida, le tengo pavor a los bichos y a las arañas, a estas últimas mas bien fobia. En cambio con las catarinas siempre tuve una relación especial, hablaba con ellas y dejaba que estuvieran caminando por mi mano, mis brazos, pasaba mucho (mucho) tiempo antes de que ellas decidieran abrir sus alitas e irse.

Todo el mundo tiene sus momentos simbólicos en la vida. A mi me pasó que me di cuenta que iba a enamorarme porque en una conversación acerca de las fantasías infantiles el dijo: "yo siempre quise comerme una catarina" -por supuesto, pregunté ¿porque?- "porque pensé que sabían a fresa".


Meses después, en una de esas conversaciones tontas que los enamorados suelen tener, confesé que ese fue el momento en que pude ver por primera vez la capacidad que tiene I. de imaginar, que con el tiempo descubrí que no era una característica que sólo le perteneció en la infancia. Yo puedo realmente amar a alguien que nunca pierda la capacidad de sorprender(se)me.





Cuando fui a recoger mis cosas a la que fuera nuestra casa, me encontré con un sobre en la cama. Al abrirlo vi un arete(de la perforación autoregalo de su último cumpleaños), una cuerda de tripa que un día dejé en las escaleras que no llevaban a ningún lado de nuestra casa(tan simbólicas también)con una serie de sobres que tenía un resumen de biografías de Paganini, Sibelius, Honeger, Hindemith e ITA, unos días antes de aquel esperado y temido exámen. Con ese juego de cuerdas tocó ese concierto maravilloso de su titulación, nos deleitó a todos los presentes tan extraordinariamente que le hizo merecer mención honorífica. Además, con ese juego de cuerdas grabó EL DISCO en Londres. No se porqué motivo di vuelta al pequeño sobre para poner su contenido sobre la cama, mientras mis lágrimas nublaban toda mi vista. Lo que salió de ahí fue una catarina... muerta.

Después de abrir una botella de vino, recostarme con la luz apagada sobre el sofa de la sala y poner la novena en el estereo, le escribí un mensaje en el celular: ¿cómo le hiciste?... está muerta.

Más tarde, me lo contó: "No me lo vas a creer... después de que te fuiste, abrí tu cajón y ahí estaba... muerta".


La última vez que vi una catarina fue hace exactamente 5 años,antes de esa ocasión, vi alguna hace más de 15 años, nunca vi una catarina en la casa y mucho menos... en mi cajón.