viernes, 1 de mayo de 2009

Edith.. o Aurora?

Edith Aron tiene 82 años y conserva la mirada y la ingenuidad que la convirtieron para muchos en la joven que en los años cincuenta de París inspiró la Maga.

Se vieron en un barco, a mitad de siglo, pero aunque vivían en Buenos Aires ese viaje común no los puso juntos; después, ya en París ambos, vivieron la amistad y la bohemia de aquellos años, y ella se hizo una figura de aquel conglomerado latinoamericano que hizo de París lo que cuenta Rayuela. "¿Yo la Maga? Yo soy mi propia persona".

Pasó un tiempo desde aquel viaje por el mar y un día en una librería del Boulevard Saint Germain, en París, se volvieron a ver. Se reconocieron de inmediato. Ella iba a dejar un encargo que traía desde Buenos Aires y lo miró sorprendida por el destino. Por primera vez cruzaron palabras.

“Nos volvimos a encontrar por tercera vez. Yo estaba en el cine viendo una película muda, ‘Juana de Arco’. Luego, nos vimos en los Jardines de Luxemburgo y Julio me invitó a tomar un café. Para él, las casualidades eran muy importantes”. Esa tarde caminaron y descubrieron que tenían amigos comunes en Buenos Aires, intercambiaron direcciones y las citas comenzaron a ser más frecuentes. Edith tenía 23 años y Julio 32.

En diciembre de 1952, Cortázar invitó a Aurora Bernárdez a París. “Él la admiraba y tenían muchos más puntos en común que conmigo. A mí me hizo mucho daño su decisión de casarse con ella. Él quería que siguiéramos siendo amigos y me invitaba a su casa, pero a mí me dolió eso”, recuerda Edith.

Hasta ese momento, ella no sabía que había inspirado el libro más famoso de Cortázar. En 1963, Julio le envió por correo una copia de “Rayuela”. Edith recuerda la dedicatoria en la primera página y también su rabia cuando se enfrentó a esas líneas. “Yo tomé el libro y arranqué la hoja. Me parecía tan frío lo que ahí decía. Luego, por carta, me contó que había un personaje en ‘Rayuela’ que estaba inspirado en mí”.

Es una mujer especial. Vive en Londres, con su hija, Joanna Bergin, cantante de ópera; al lado de su casa está el paso de peatones que cruzaron los Beatles para hacerse la foto más famosa de la historia de la música pop, y un día hasta allí se acercó Julio Cortázar, para saludarla. Él moriría unos años más tarde. Ella nunca se recuperó de una "traición indigna de Julio", que impidió que salieran en alemán (la lengua natal de Edith) unos cuentos suyos traducidos por ella.

Cortázar apareció en la casa, él jugó con Joanna, que entonces era una niña, y se fue. La reconciliación acaso está en el alma, y en cierto modo en este libro, pero aún no puede estar en las palabras. Internet le ha ayudado a aliviar su rabia: ahí, en la Red, están las traducciones que Cortázar impidió que estuviera en forma de libro.

La última vez que Edith vio a Cortázar fue en 1978, en un vagón de la estación South Kensington en Londres. Él iba acompañado de Carol Dunlop, su última esposa. “Se sentó a mi lado y me preguntó si no creía que era una casualidad que nos encontráramos allí, pero no. Yo le dije que ya no creía en las casualidades. Nunca pensé que sería la última vez, por eso me impresioné cuando un día en un café de Londres, leyendo un diario, me enteré que Julio había muerto”.

Y aunque los recuerdos le dejan otra vez el corazón en los huesos, ella se ríe. Y comienza de nuevo con sus relatos, sobre todo. Se vuelve a reír, y me cuenta de su hija Johanna, de la celebración de sus 82 años en The Orangine. Me repite que no es la Maga. Y yo le creo a Julio

Estos son fragmentos con los que me he topado para escribir un poco sobre alguien que he tenido ultimamente muy presente... Maga, Maga... ayer no podía dormir y leí a Vodkauva con un post sobre la Maga y yo, fue muy agradable. Por eso ahora pienso un poco más en Edith... una musa, en el anonimato total, que lloró y rió con el, con quien nunca estuvo, pues la oficial era Aurora, y luego Carol... que es mejor? quedarte en la idealización y ser inmortalizada en un personaje, y no tener un lugar en la realidad junto a el? o ser la "de-deveras" y tenerlo todo para ti, o al menos así "pareciera".....?

1 comentario:

Lluvia Gabriel dijo...

Julio le regaló a Aurora su cuerpo y la carne de su corazón.

A Edith le ragaló una confesión pública y la inmortalidad...



Saludos.